Lilith tomó mi cara con ambas manos y deslizó una de ellas hacia mi cintura apretandome con fuerza al tiempo que me reprochaba con su dulce voz:
-Niñita mala, niñita mala, esta no es tu hora de jugar-
Me soltó bruscamente y caminó sigilosa hacia la puerta, giró un poco y llamó a la niña con un movimiento de sus dedos, esta se enrolló en una sábana y la siguió por la puerta...
lunes, 12 de julio de 2010
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