viernes, 18 de marzo de 2011

En una tarde como esta...


Cosa graciosa resultan las fotografías; esa forma antaña de guardar historias, preservar memorias y contar secretos, cosa extraña que dejemos una parte del alma dentro de ellas, un segundo, un instante que jamás volverá, perdiéndose en nuestra sed de recuerdo cada partícula de tiempo, cada barrera de espacio.

Cosa rara, si.

Cosa simple, nunca.

De tanto en tanto me topo con estas lágrimas, resguardadas en mi semblante pasado, que anhelan ser simples presagios de la congelada realidad.

De tanto en tanto, letras perdidas en sus reversos, cartas que recuerdan lo mucho que puede durar una vida.


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